jueves, 13 de junio de 2013

DIALECTO

En lingüística, la palabra dialecto[1] hace referencia a una de las posibles variedades de una lengua;[2] en concreto, un dialecto sería la variante de una lengua asociada con una determinada zona geográfica (de ahí que también se use como término sinónimo la palabra geolecto o, en terminología de Eugenio Coseriu, las expresiones variedad sintópica y norma espacial). Más concretamente, un dialecto es
un sistema de signos desgajado de una lengua común, viva o desaparecida, normalmente, con una concreta limitación geográfica, pero sin una fuerte diferenciación frente a otros de origen común.[3]
El número de hablantes y el tamaño de la zona dialectal pueden ser variables y un dialecto puede estar, a su vez, dividido en subdialectos (o, hablas).
Independientemente de la antigüedad del término, su uso lingüístico se inicia a finales del siglo XIX cuando la lingüística histórica dio paso a la aparición de la dialectología como disciplina lingüística dedicada específicamente a las variedades geográficas de las lenguas.
Los dialectos han de ser entendidos como variantes geográficas condicionadas históricamente, esto es, la historia de los contactos lingüísticos es el factor que determina la diferenciación dialectal. Como causas de la variación dialectal se señalan, habitualmente, las siguientes:
  1. el origen de los pobladores que, hablando la misma lengua, ya presentaban diferencias dialectales de origen;
  2. la influencia de otra lengua sobre una parte del dominio lingüístico; y
  3. la separación territorial que da lugar a evoluciones diferenciadas.[4]
Con todo, la delimitación del concepto de dialecto es un proceso delicado en lingüística, porque exige una adecuada caracterización de la lengua del territorio, la precisión de su filiación histórica y unos rigurosos análisis sociolingüísticos y estudios de actitudes lingüísticas por parte de los hablantes.[5] Además, obliga a manejar también un determinado concepto de lengua, respecto del que se define el primero, algo que no está tampoco exento de dificultades. Como elemento añadido a la hora de dificultar la precisión conceptual de ambos términos, históricamente, la política lingüística de determinadas comunidades ha podido usar la palabra dialecto con un valor peyorativo, con el objeto de privilegiar como vehículo de expresión oficial a una determinada lengua en perjuicio de otra u otras a las que, como forma de descalificación, se les ha aplicado dicho término; en este otro sentido de la palabra, dialecto haría referencia a un sistema lingüístico que no alcanza la categoría de lengua.[3]

CIBERCULTURA

Cibercultura es la cultura que emerge, o está emergiendo, del uso del ordenador para la comunicación, el entretenimiento y el mercadeo electrónico. Cultura nacida de la utilización de las nuevas tecnologías de la información y comunicación como internet. Cultura basada en las ventajas y desventajas de la libertad absoluta, el anEs un neologismo que combina las palabras cultura y el prefijo ciber, en relación con la cibernética, así como lo relacionado con la realidad virtual. Son las Tecnologías de la información y la comunicación las que han generado una gran revolución en la manera de acceder, apropiarse y transmitir la información, generando nuevos desarrollos sociales, políticos y económicos, que es lo que el común de la gente interpreta como cibercultura. Según Derrick de Kerckhove, es desde el computador donde se ha configurado un lenguaje universal: el digital.[1] La cibercultura se puede apreciar desde tres puntos de vista: a) Interactividad, que es la relación entre la persona y el entorno digital definido por el hardware que los conecta a los dos; b) Hipertextualidad: que es el acceso interactivo a cualquier cosa desde cualquier parte. Es una nueva condición de almacenamiento y entrega de contenidos; y c) Conectividad: que es lo potenciado por la tecnología, por ejemplo internetonimato, y ciberciudadanos con derechos y obligaciones.

GLOBALIZACION

La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.
Este proceso originado en la Civilización Occidental y que se ha expandido alrededor del mundo en las últimas décadas de la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con la caída del comunismo y el fin de la Guerra Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria (Nueva Economía) cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo. El ordenamiento jurídico también siente los efectos de la globalización y se ve en la necesidad de uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales con el fin de mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, además de universalizar el reconocimiento de los derechos fundamentales de ciudadanía. En la cultura se caracteriza por un proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global (aldea global), al respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural. En lo tecnológico la globalización depende de los avances en la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la masificación de las TICs y el Internet. En el plano ideológico los credos y valores colectivistas y tradicionalistas causan desinterés generalizado y van perdiendo terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta. Mientras tanto en la política los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado sociedad red, el activismo cada vez más gira en torno a las redes sociales, se ha extendido la transición a la democracia contra los regímenes despóticos, y en políticas públicas destacan los esfuerzos para la transición al capitalismo en algunas de las antiguas economías dirigidas y la transición del feudalismo al capitalismo en economías subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito. Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones internacionales el multilateralismo y el poder blando se vuelven los mecanismos más aceptados por la comunidad internacional.
La valoración positiva o negativa de este fenómeno, o la inclusión de definiciones o características adicionales para resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas

LENGUAJE

Se llama lenguaje (del provenzal lenguatge[1] y este del latín lingua) a cualquier sistema de comunicación estructurado, para el que existe un contexto de uso y ciertos principios combinatorios formales. Existen contextos tanto naturales como artificiales.
Desde un punto de vista más amplio, el lenguaje indica una característica común al hombre y a los animales, para expresar sus experiencias y comunicarlas a otros mediante el uso de símbolos, señales y sonidos registrados por los órganos de los sentidos. El ser humano emplea un lenguaje complejo que expresa con secuencias sonoras y signos gráficos. Los animales, por su parte, se comunican a través de signos sonoros y corporales, que aún el hombre no ha podido descifrar, que en muchos casos distan de ser sencillos.
  • El lenguaje humano se basa en la capacidad de los seres humanos para comunicarse por medio de signos (usualmente secuencias sonoras, pero también gestos y señas, así como signos gráficos). Principalmente lo hacemos utilizando el signo lingüístico. Aun así, hay diversos tipos de lenguaje. El lenguaje humano puede estudiarse en cuanto a su desarrollo desde dos puntos de vista complementarios: la ontogenia y la filogenia. La ontogenia, analiza el proceso por el cual el ser humano adquiere el lenguaje. La filogenia, se encarga de estudiar la evolución histórica de una lengua.
  • El lenguaje animal se basa en el uso de señales sonoras, visuales, y olfativas, a modo de signos, para señalar a un referente o un significado diferente de dichas señales. Dentro del lenguaje animal están los gritos de alarma, el lenguaje de las abejas, etc.
  • Los lenguajes formales son construcciones artificiales humanas, que se usan en matemática y otras disciplinas formales, incluyendo lenguajes de programación. Estas construcciones tienen estructuras internas que comparten con el lenguaje humano natural, por lo que pueden ser en parte analizados con los mismos conceptos que éste

ANTROPOLOGIA INDIGENISTA

El 'indigenismo' es una corriente cultural, política y antropológica concentrada en el estudio y valoración de las culturas indígenas, y cuestionamiento de los mecanismos de discriminación y etnocentrismo en perjuicio de los pueblos indígenas.
El indigenismo enfrenta, en primer lugar, la discriminación. Se puede hablar de una historia dentro del indigenismo a partir del sermón de diciembre de 1511 de Antonio de Montesinos. En 1940, tras el I Congreso Indigenista Interamericano, el indigenismo se convirtió en la política oficial de los estados de América. El Congreso Nacional de Indios Americanos (CNIA) fue fundado en 1943, entre otros, por el iroqués Arthur C. Parker.
El término ganó importancia en las últimas décadas del siglo XX para referirse a algunas organizaciones sociales y políticas influyentes en América Latina.
Indigenismo como política
Para el indigenismo del siglo XX, el indio es una categoría específica de orden fundamentalmente socioeconómico, en tanto que la distinción étnica pasa a un carácter secundario. Los indígenas se conciben como marginados, en tanto que no participan de los "beneficios de la civilización", aunque sí de sus perjuicios: explotación, opresión violencia, violación de los derechos humanos, desnutrición, epidemias y pobreza.
Los indígenas han quedado reducidos a vivir en la periferia, en regiones de refugio alejadas de los centros político, en sitios "inhóspitos" o también en los cinturones de miseria de las ciudades. Necesitan entonces, según el indigenismo, participación ciudadana y social y ayuda externa que les impulse a superarse e integrarse

CREENCIAS

Una creencia es el estado de la mente en el que un individuo tiene como verdadero el conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o cosa;[1] cuando se objetiva, el contenido de la creencia contiene una proposición lógica, y puede expresarse mediante un enunciado lingüístico como afirmación.[2]
Como mera actitud mental, que puede ser inconsciente, no es necesario que se formule lingüísticamente como pensamiento; pero como tal actúa en la vida psíquica y en el comportamiento del individuo orientando su inserción y conocimiento del mundo.
Frank P. Ramsey[3] [4] propone una metáfora para indicar cómo podemos entender lo que son las creencias en su relación con lo real. Dice que vienen a ser como un mapa grabado en el sistema (en el ADN, o en determinados aprendizajes) que nos guían o mejor nos orientan en el mundo para encontrar la satisfacción de nuestras necesidades.[5] [6]
Tales mapas no nos dicen “lo que son las cosas”, sino que nos muestran las formas de la conducta adecuada hacia la satisfacción de nuestras necesidades en el campo del mundo percibido en la experiencia.
¿Dónde residen y cómo actúan tales mapas? la investigación biológica, la genética, la etología, la neurofisiología, incluso en los casos particulares la psicología lo tendrán que ir desvelando. La lingüística en general, la Semiótica y la gramática generativa de Chomsky nos muestran ya un camino similar respecto a la formación del signo, el lenguaje y las lenguas. Es un tema de indudable transversalidad.

CULTOS

El culto es una de las manifestaciones exotéricas de una religión, aunque algunas manifestaciones del mismo puedan estar reservadas a los iniciados y, por ello, pertenecer al esoterismo. El culto forma parte de las obligaciones cuya negligencia se califica como impiedad. En las religiones no dogmáticas, la práctica de la ley reviste ese carácter exotérico.
En religión, la lectura de sus textos sagrados o la recitación de sus mitos, la elaboración de su teología por vía de reglas de hermenéutica particulares, como la fe personal de sus fieles (para las religiones dogmáticas, i.e. cuya práctica necesita la adhesión a una confesión de fe), pertenecen al esoterismo.
Pueden ser, según las religiones, el conjunto de los ítem siguientes o una elección entre éstos:
Las peregrinaciones, la limosna, el impuesto religioso (pago que se da para mantener una religión ajena o practicar la propia, retomado o no por el Estado, como el Diezmo, el Azaque, el impuesto que se hace en algunos países por practicar la religión no oficial, y hace siglos las Parias, el Subsidio eclesiástico, el Excusado eclesiástico y la Abadía), el ayuno son también aspectos del culto aunque no se les pueda incluir en el aspecto litúrgico; pertenecen al dominio de la ley religiosa.
Como la oposición entre religiones de autoridad y religión de la ley, la oposición entre religiones icónicas (que incluyen la adoración y la veneración de imágenes) y religiones iconoclastas es un criterio estructurante de las ciencias religiosas (como la antropología de la religión y la sociología de la religión).
Un culto desempeña un papel importante para la solidaridad en un grupo y asimismo representa un factor de estabilidad para una comunidad. Actos como una procesión, una ceremonia comunicativa (abrazarse), una comida ritualizada, objetos simbólicos (velas) crean complicidad. La pertenencia a la comunidad se expresa y confirma mediante ritos de pasaje (nacimiento, llegar a adulto, el casamiento, la maternidad, la muerte).